Vivimos en tiempos de cambios, pero esto no es una novedad pues siempre vivimos cambiando. El tiempo nos hace cambiar biológicamente hasta envejecer sin remedio; la enseñanza y el aprendizaje también nos cambian haciéndonos descubrir un mundo de misterios que se oculta a los ignorantes; el esfuerzo, el trabajo, cuando más duro más fuerte nos hace, nos hace más conscientes del valor de la vida y de las cosas, las personas comienzan a adquirir dignidad, pues el hombre que no trabaja vive en la vergüenza ante su esposa, ante sus hijos, ante sí mismo y ante la sociedad. Al hombre que no trabaja no se lo ve como hombre, o más bien, se lo ve como un hombre sin dignidad.