Virus y plagas de Egipto. Había que liberar al pueblo de Dios pero la fuerza humana estaba en inferioridad de condiciones. El poder que reinaba era mucho más fuerte que los muchos débiles hombres y mujeres esclavizados; no podían liberarse por sí mismos, tampoco podían organizarse por el poder del látigo de los capataces que disgregaba y sometía. Era necesario una fuerza mayor, un nuevo rey a quien servir.