Me cabe esta pregunta ante el urgente inicio de clases presenciales en aulas cerradas desde este martes 22 de junio. No hago referencia ante la necesidad del normal funcionamiento de las escuelas, sino al apresuramiento ideológico de precipitar a toda la población a un enorme riesgo de salud que va más allá de un criterio sanitario obedeciendo en su totalidad, quizás, a una cuestión electoral.