Aún resuenan en mis oidos el chapalear acompasado del Paraná,
acariciando la orilla, en la que los ojos depositaban cual ofrenda,
los sueños adolescentes bajo un cielo tachonado de estrellas.
Y en el ritmo de cadencia infinita tal vez brincaba un pez,
plateando en la luna con audaz y atrevido repique
sacudiendo las gotas, como perlas regalando a la noche.
Panorama de ayer que hoy remoza la mano del hombre,
en honor a Corrientes y su gente, primavera de antiguos inviernos
que acompaña el cantar de cigarras, de chicharras gorriones y alondras
que asomando en el brazo de un árbol entonan con celo su canto en la siesta.
Ya no lleva la lenta barcaza estudiantes del Chaco a Corrientes
hoy se erige uniendo a dos pueblos el puente, concresión de futuro
que rompe el encanto de una charla amistosa sentados entre amigos,
confidencias, silencios, carcajadas, rondas de mate de truco y silvatos roncos de alerta,
viejo romance del río que acuña entre páginas de historias escritas.
Hoy, caminante sin tiempo, recorro tu tiempo con pisadas de duende
y transporto en rosados lapachos la comparsa de sueños dormidos
aquellos, que felices un día, recorrieron tus calles, Corrientes.
--o--
Nota relacionada: Corrientes no puede ser devastada
--o--
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