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lunes, 9 de marzo de 2009

Rentabilidad para pocos y negligencia para muchos


En todo el país, y especialmente en el Chaco, se ha dado un apoyo incondicional al campo argentino y el pueblo en su conjunto se ha transformado en la voz y presencia de todos aquellos productores que no eran escuchados. Nuestra provincia, que conoce muy bien el trabajo agropecuario, ha salido a las calles cortando rutas y poniendo el cuerpo en las grandes manifestaciones que el agro encabezaba. La historia la conocemos todos, pues todos somos parte de ella.
La cadena de producción se articula mediante una serie de eslabones imprescindibles que hacen a la sociedad en su conjunto. No es posible producción sin tecnología, sin herramientas, sin los servicios técnicos que no vienen del campo, sino que van hacia él; transformándose la tecnología en uno de los eslabones más importantes de esta gran cadena productiva.

El trigo, girasol, soja, y todos los productos del agro, no tienen mucho valor en sí mismos si no se los procesan convirtiéndolos en sus derivados, harinas, aceites, comestibles y alimentos en general, que la misma gente de campo las compra de la ciudad para alimentarse, vestirse, recrearse y disfrutar de tantos lujos que convergen al campo.

¿Qué haría el campo si no hubiese médicos, clínicas, hospitales? ¿Cómo se manejarían los agricultores y productores si no hubiese escuelas?, ¿dónde aprenderían a sumar, multiplicar, leer, conocer los avances de este mundo globalizado?

El mismo criterio de pensamientos podríamos aplicar a la existencia de la policía, bancos, correos, comercios, gobierno. Todos y cada uno de ellos son los eslabones de esta cadena productiva, siendo tan importante el uno como el otro.

Es preciso entender que cuando se habla de producción debe hacerse referencia a todo aquello que hace al conjunto y no solo a eslabones aislados que no dan continuidad ni permiten desarrollo.
¿Qué es “lo más importante” en una cadena productiva?, ¿el capital, las maquinarias, la organización, los productos, servicios, el hombre?
Nuestro chaco ha nacido mediante el esfuerzo y sacrificio de inmigrantes pobres de dinero y ricos en imaginación y buena voluntad, pues el capital no es excluyente. Este mismo razonamiento puede aplicarse al resto de la pregunta con una sola excepción “el hombre”.
La producción es para el hombre, viene desde él, se desarrolla con él, y finalmente va hacia él; Transformándose, el hombre, en todas las articulaciones de esta cadena de producción. Por lo tanto, el hombre, el ser humano en general, se posiciona en el primer y más alto lugar de la escala de valores de la cadena productiva.
Si modificamos esta escala de valores y al hombre se lo ubica en un lugar diferente, entonces esta cadena comienza a endurecerse, oxidarse; las articulaciones ya no permiten el giro y libre movimiento entre sus eslabones. Podríamos decir que la cadena sufre y se deteriora.
El hombre chaqueño ha descendido muchos escalones en esta escala de valores, y a veces da la impresión que está ubicado en el último lugar de la misma, mientras “la rentabilidad” ocupa hoy el primer lugar, el más importante. La rentabilidad ha desplazado al hombre, el hombre ha abandonado su propia dignidad.
Hoy los agricultores no quieren hablar de los efectos que producen los agroquímicos en las personas y en el medio ambiente porque tienen miedo de perder “rentabilidad” económica.
Existe una parte de eslabones de esta cadena rígida, endurecida y oxidada (oxidación significa corrosión, o también, corrupción, pues inhabilita, deteriora y conduce a la muerte; y si lo tomamos desde el punto de vista teológico, oxidación significa pecado pues no permite trascender ni ser cada vez más humano, pues es signo de sufrimiento; Teológicamente se llama "pecado social", pues involuciona al "hombre comunidad" y es causa de sufrimiento masivo), que da como consecuencia un deterioro social creciente porque el hombre ha sido postergado y reemplazado.
¿Por qué el gobierno se niega en forma rotunda canalizar e irrigar la provincia desde el Río Bermejo? ¿Rentabilidad y asociados?
Si acaso es cierto que existe una especie de algas venenosas, ¿esto es producto del Bermejo o de los productos químicos que usa el agro? ¿Algas venenosas o mutación genética de productos transgénicos? ¿Algas venenosas o rentabilidad agrícola y asociados?
Es un hermoso tema para el debate político, pues ¿de qué sirven las internas si luego se va a hacer lo mismo que antes? ¿Política social o rentabilidad y asociados?
Si se construyen canales a cielo abierto ya no van a poder fumigar los campos con productos tóxicos, entonces se opta por no construirlos, pues la rentabilidad es más importante que las personas, es más importante que crear un mundo más propicio para generar trabajo humano.
El acueducto desde el Paraná en contrapendiente hacia el interior del Chaco e incluso hacia pocos metros del Río Bermejo, es una buena solución para la rentabilidad económica de “los poderosos” y asociados, pero una pésima y ridícula solución para la gente, habitantes en general.
El hombre ha permitido ser desplazado y ridiculizado porque se ha olvidado quien es y de donde viene.
Le dijo el Rey León a su cachorro, desde el cielo: “hijo, ¿acaso te has olvidado de mí?”; “No, papá, siempre, a cada instante me acuerdo de ti”. El padre le responde: “Entonces ¿qué estás haciendo vagabundeando errante por el bosque y no estás ocupando el sillón del rey que legítimamente te pertenece?; Si acaso te has olvidado quien eres entonces también me has olvidado a mí”.

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