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domingo, 18 de octubre de 2009
Una historia con moraleja
En una mañana soleada y limpia el mar acariciaba la costa de arena como invitando a quedarse en ella contemplando la brisa suave y el plácido volar de las aves.
Dos conchas de mar acudieron a la misma dispuestas a dejarse bañar por el sol y el encanto del paisaje...
Estas hermanas se retiraron de sus conchas y a unos metros de ellas se recostaron en la arena, y mientras disfrutaban su descanso la suerte le jugó una mala pasada, unos niños que jugaban pasaron corriendo y sin darse cuenta pisaron una de sus conchas destruyéndola por completo.
La pena de su hermana era tan grande que no había modo de consuelo:
–Me rompieron mi casita –, lloraba desconsolada. –¿Qué voy a hacer ahora? –
–No llores hermanita, ven a vivir conmigo, vamos a compartir mi casa... –
Pudieron vivir contentas…, y se desprende una moraleja: “Si te rompen tu casa andate a la concha de tu hermana”.
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