Estamos muy prontos en dilucidar el origen del universo, queremos saber cómo se origina la existencia, tema que ataña a todos los seres humanos siendo que cada cual se consuela dentro de sus propias limitaciones del saber. De aquí surgen creencias, mitos y leyendas, pues al querer conocer y buscar respuestas nos vemos impulsados a recorrer un camino, un camino desconocido que lo vamos experimentando día a día desde nuestra propia percepción. Es un camino curioso poblado de tantas existencias que se muestran de un modo quizás gracioso al caminante que debe interpretarlo, conocerlo, compararlo; pues bien sabemos que el cerebro humano trabaja en base de comparaciones, y al encontrarse con algo, rápidamente recorre toda su memoria revisando qué es esa cosa o a qué se parece, para así poder darle un nombre, su interpretación y su significado; pero en este camino es posible encontrarse con cosas nuevas que merecen un verdadero estudio para poder lograr una verdadera interpretación.
¿Para qué se hace todo esto?
Para saber interpretarnos a nosotros mismos.
Este tema gustosamente lo desarrollaría de un modo más extenso y preciso por ser un tema apasionante y tan necesario para el ser humano que no alcanza a comprender qué es ni quién es, entonces tampoco podrá comprender cómo relacionarse entre sí, como tampoco los límites que encierran al hombre y a la mujer, el significado de cada uno de ellos, el complemento y sus frutos.
Hoy solo abordaré el tema de la pareja, el hombre y la mujer, desde el punto de vista del desarrollo en el camino de la evolución.
Podemos partir este pensamiento desde la base de distintos razonamientos que han transitado diversos caminos con existencias curiosas y sus interpretaciones desde sus propias capacidades de percepción de las cosas. Razonamientos que han arrojado algunas teorías del universo y sus conductas, evolución, expansión, misterios.
La pareja se encuentra desolada y con muchos signos de preguntas dentro de un terreno social que no sabe quién es pero dice como debemos ser.
La pareja en evolución
Al mirarnos nos damos cuenta que no podemos hacer todo lo que queremos, que somos limitados, imperfectos… pero, existe la ilusión, la fantasía, la esperanza, que son como una especie de lucecitas muy ocultas dentro de nosotros mismos que nos invitan a ir más allá de lo que somos, vencer límites, avanzar hacia la perfección. Esto recibe el nombre de evolución.
La evolución humana comprende dos realidades principales, una de ellas es la personal, la otra es la unidad.
La evolución individual o personal conduce a la unidad, pues cada una de estas existencias atrae a la otra y es atraído por la otra a hacer una unidad que debe perfeccionarse día a día como una nueva individualidad inserta en un conjunto de existencias que evolucionarán socialmente.
La evolución humana responde a la vocación del ser humano, pues, la vocación del hombre es ser cada vez más hombre, más humano, ganando libertades como consecuencia de vencer límites. La vocación de la mujer es ser cada vez más mujer, más humana, más libre.
Dentro de esta vocación, existen ciertos dones, carismas, capacidades, habilidades, talentos, que deben ser descubiertas y evolucionadas y se expresan como una especie de vocación secundaria que acompañan al hombre y mujer como herramientas de expresión social.
Cuando comienza una pareja ocurre que más allá de esa atracción invisible que los precipita a la unidad se encuentran con la sorpresa de la inmadurez individual de cada uno de ellos y comienzan los conflictos, a veces muy pequeños y tolerables que suelen pasar desapercibidos, pero que se agravan cuando mayores son los intereses individuales. Punto crítico.
El punto crítico muestra algo muy curioso, porque la inmadurez estancada conduce a la involución humana.
Involución humana significa ser cada vez menos humanos, nos transforma en animales, aún mientras conservamos la estructura física humana, significa un animal con forma humana. Esto se traduce a la sociedad haciendo una sociedad de animales con formas humanas. La involución no termina allí, sino que también se obtienen vegetales con forma humana, objetos con forma humana.
Cuántas veces escuchamos o decimos ¡Qué inhumano! ¡Cómo va a hacer eso! ¡Esto que ha hecho no tiene nombre!, seguro responde a un animal con forma humana, producto de involución. Pero la involución no es un sistema reversible, pues los que involucionan hacia el animal son peores que los animales, son animales torcidos.
¡Qué belleza!, pero por dentro es vacía. ¡Qué atractivo!, pero por dentro no tiene nada. ¿Son humanos en evolución? ¿Se encuentran en algún escalón de la involución? ¿Qué son estos que se muestran con forma humana?
Un perro tiene sexo con su madre, con sus hermanas, con sus hijas, con otros perros machos. La involución humana también conduce a esto, pero van más allá de los perros.
¿Cómo hacer una pareja de dos seres humanos en evolución?
¿Pretendés casarte con un perro que tiene una hermosa forma humana, pero luego le exigís conducta de hombre?
¿Cuántas parejas se han formado entre animales de distintas realidades incompatibles entre sí, tan solo por algún interés externo, pero luego se exigen cosas no propias de ellos?
¿Cómo evolucionar para ser cada vez más hombre o para ser cada vez más mujer?
* Si se entiende bien lo que he escrito, ya no habría necesidad de leer tantos libros de consejos matrimoniales, ni padecer en divanes de gurúes involucionados.
Juan C. Starchevich.
Juanca como estas? La verdad que es muy interesante lo que escribiste, yo en particular pienso en el tema y se abren muchos caminos,pero se de algo, cada vez vamos perdiendo la esencia de ser (seres racionales). Y no pensamos que le vamos a dejar de bueno a las futuras generaciones. Un abrazo
ResponderBorrar