Cada vez se ve más el descontento de la gente al votar; la fiesta cívica se está convirtiendo poco a poco en un verdadero velorio cívico, pues no se ve la ilusión en el rostro del votante por algún candidato preferido, aún más, no se ve candidato preferido, ya poco importa si el voto es electrónico o en boletas de papel, el problema está en los candidatos de todos los partidos políticos.
La gente ya no quiere votar, presiente una gran impotencia social y una enorme náusea por los representantes de los tres Poderes del Estado.
Es muy lamentable cuando el sentido común es más importante que la Ley, porque la corrupción está mal aunque la Ley lo permita, aunque los jueces no se pronuncien en contra de ella.
En los recintos de debate ya no se debate sino que se acuerda, ya no hay ideas ni ideales sino un conjunto de levantamanos fieles a su jefe político. ¿Para qué sirven tantas cabezas si solo se obedece a una?
¿Por qué existe tanta diferencia de sueldo entre un concejal o diputado y un docente?
¿En qué se ha convertido la democracia? ¿En qué se han convertido los representantes del pueblo en los tres Poderes del Estado?
¿Es un problema social? ¿Es culpa del pueblo?
Es tan ridículo que hoy estemos necesitando a alguien que nos defienda de aquellos que hemos elegido como representantes.
Cada vez me cuesta más ir a votar, pero debo hacerlo, aunque elija a nadie.
Juan C Starchevich
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