... y hoy te recuerdo

Pálida y desconfiada hacías emerger

tu ilusión adolescente.

Ojos hermosos tiemblan ante una mirada tímida

que no los dejan ver.

Rostro alegre que surge

abriendo un pimpollo de rosas rojas

Silueta esbelta, que con gracia,

marca contorno en el paisaje.

Noche que crecía

cuando me estaba despertando.

Noche joven

cuando comenzaba a dormirme.

Noche hermosa

porque estabas a mi lado.

Tiemblan tus manos cuando tocan la mías.

Acaricié tu alma sin mostrarte la mía.

Acariciaste mi alma sin saber que tú lo hacías.

Noche hermosa en la palidez de las sombras,

en la ilusión desconfiada, de adolescente,

de una mujer, de un hombre.

Juan C. Starchevich