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viernes, 15 de enero de 2010

¿Existe la verdad? De ser así, ¿existen muchas verdades? ¿Cómo puedo saberlo?

¿Cuál es el punto de referencia entre lo verdadero y lo falso? ¿En qué me fundamento para juzgar la verdad y la mentira?

Muchas veces escucho decir: “todos tenemos parte de la verdad” ¿Por qué se dice eso? ¿Quién tiene la autoridad “adecuada” para hacer semejante juicio? ¿Es una “frase verdadera” o conformista? ¿Por qué debo creerlo?

También se dice: “no existe la verdad absoluta” ¿Quién lo dice? ¿Qué autoridad tiene quien lo dice? ¿Por qué debo creerlo?

¿Acaso no son tan solo "opiniones" que nos las tomamos con el carácter de "verdad absoluta" presentando al mismo tiempo la gran incoherencia de afirmar que ella no existe?

Si acaso creen en la verdad relativa, entonces “estas frases” no la deberían tomar como “verdad absoluta”, ¿se entiende?, entonces, con mayor razón deben abrirse a la posibilidad de la existencia de la “Verdad Absoluta”. Es natural, ¿no lo creen?

Quiero compartir con todas las amigas y amigos lectores del blog algo que “verdaderamente” es curioso, sin dejar de ser preocupante. Se trata de un testimonio de alguien que visitó la última parada del vehículo que transita por el camino de la “verdad relativa” (la mentira, tiene también otros nombres que conducen todos a un punto de concurrencia en común llamado “infierno”). Me refiero al testimonio de Santa Faustina de Kowalska, canonizada muy recientemente por el entonces Papa Juan Pablo II.

No es la única que habla de esto, también existen testimonios de Santa Teresa de Ávila y de varios santos de distintas épocas.
  • No pretendo asustarlos, sino que no quiero que alguno de ustedes vaya a parar allí, más bien quiero que todos ustedes disfruten de la felicidad eterna en la presencia de Dios.
Cada uno de los lectores podrá juzgar si esto es verdadero o falso, pero cuidado!!!, no vayan a equivocarse, pues en este tipo de evaluación no hay recuperatorios.

Visión del Infierno, por Santa Faustina de Kowalska
Durante un retiro de ocho días en octubre de 1936, se le mostró a Sor Faustina el abismo del infierno con sus varios tormentos, y por pedido de Jesús ella dejó una descripción de lo que se le permitió ver: "Hoy día fui llevada por un Ángel al abismo del infierno. Es un sitio de gran tormento. ¡Cuán terriblemente grande y, extenso es! Las clases de torturas que vi:
  • La primera es la privación de Dios;
  • la segunda es el perpetuo remordimiento de conciencia;
  • la tercera es que la condición de uno nunca cambiará;
  • la cuarta es el fuego que penetra en el alma sin destruirla -un sufrimiento terrible, ya que es puramente fuego espiritual,-prendido por la ira de Dios.
  • La quinta es una oscuridad continua y un olor sofocante terrible. A pesar de la oscuridad, las almas de los condenados se ven entre ellos;
  • la sexta es la compañía constante de Satanás;
  • la séptima es una angustia horrible, odio a Dios, palabras indecentes y blasfemia.

    Estos son los tormentos que sufren los condenados, pero no es el fin de los sufrimientos.

    Existen tormentos especiales destinados para almas en particular. Estos son los tormentos de los sentidos. Cada alma pasa por sufrimientos terribles e indescriptibles, relacionado con el tipo de pecado que ha cometido.

Existen cavernas y fosas de tortura donde cada forma de agonía difiere de la otra. Yo hubiera fallecido a cada vista de las torturas si la Omnipotencia de Dios no me hubiera sostenido. Estoy escribiendo esto por orden de Dios, para que ninguna alma encuentre una excusa diciendo que no existe el infierno, o que nadie a estado ahí y por lo tanto, nadie puede describirlo."

El Señor fue preparando de esta forma el corazón de Santa Faustina para que por medio de su intercesión se salvaran muchas almas.

Esto también lo pueden ver y oír en el siguiente video:



No le tengas miedo al fin del mundo ni a la muerte, pues cualquier dolor físico o terrores que ellos te produzcan, en un corto tiempo con la muerte se terminan. Mejor hay que tenerle un horrendo y terrible miedo a los terribles horrores del sufrimiento eterno. Así que dejá de filosofar superficialidades y andá a confesarte con urgencia.
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1 comentario:

  1. "EN TIEMPOS DE GRANDES PERTURBACIONES DECIR LA VERDAD ES UN ACTO REVOLUCIONARIO"
    G.ORWELL

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