jueves, 21 de julio de 2011

Profecía

Quiero arriesgarme a opinar sobre el futuro inmediato del hombre de hoy basándome en evidencias tangibles que se muestran a simple vista, como también en las publicaciones de los distintos medios periodísticos, en los programas de la televisión, en el mundo de la política, en los Poderes del Gobierno, en los Poderes subalternos que conducen las distintas instituciones, en el pensamiento de las personas, en el silencio de muchos y en la obsecuencia que le ha ganado jerarquía a la responsabilidad.

El hombre de hoy vive en función de la división de las riquezas en forma parásita, comiendo todo lo que puede, disfrutando todo lo que está a su alcance. Vive también el gozo de ser exaltado cuando puede mostrar más poder y fortuna ante los otros; pero el mayor de los gozos es cuando tienen más poder o jerarquía que aquellos que saben más y mucho más que ellos, sostenidos solo por pura suerte que por esfuerzos, capacidades e idoneidad. La suerte del ignorante ha tomado por asalto al pueblo y su historia, es la suerte de los hambrientos que lograron abrir las puertas a los empujones devorando todo lo que encuentran a su paso y adueñándose de todo el resto. Hoy administran los alimentos de todos, le educación, la conducción de las escuelas, la salud, la justicia y todo lo que sea Poder y jerarquías. Todo esto se llama corrupción porque solo se gasta, solo se consume, se destruye, se miente, se aparenta, se roba, se malversa.

Los que están en el Poder, en cualquiera, aún si este fuese pequeño, lo exhiben y disfrutan los elogios y las envidias de los otros, siendo este el alimento más preciado de los ignorantes y delincuentes, pero esto no es del mismo modo para siempre porque la mente humana se acostumbra a lo que alguna vez fue novedoso, perdiendo gradualmente la importancia de aquello que ya no deslumbra. Hoy ya no tienen la misma importancia aquellos que se exhiben en vehículos modernos y caros, tampoco tienen la misma importancia aquellos que están en algún Poder y por ignorancia o delincuencia los mal usan. Toda esta gente, y son muchas, tendrán que buscar nuevas formas de impactar a los otros y creo que se le están acabando las ideas.

El consuelo más grande de esta gente es la admiración o la envidia de los otros, pero la costumbre y la resignación de los otros disminuye el gozo de los poderosos, estos poco a poco serán ignorados y el Poder y la fortuna ya no les servirán para nada. Este cambio ya ha comenzado a notarse y la admiración y la envidia se van convirtiendo en un asco y en indiferencias.

La gente ya no desea opinar ni discutir ideas, no quieren pensar por sentirse impotentes como para generar un cambio. Ya no hay debates de ideas ni proyectos, ya no hay lindas conversaciones que te permitan volver a tu casa satisfecho; solo se hablan superficialidades, solo se hablan cosas sin sentido; solo tratan de distraerse con programas televisivos como nueva droga de estos tiempos.

La gente ya no soporta temas serios, huyen de ellos, los apagan con violencia, ya no quieren pensar sino solo gozar o intentar gozar de los entretelones de la farándula que la televisión impone. Se les va la vida en cosas a las cuales no pertenecen, la población se ha convertido solamente en un conjunto de puntos que miden comercialmente los programas televisivos, ya no viven como personas, ya no son personas.

Lamentablemente esto no puede solucionarse democráticamente, pues la corrupción ha ido muy lejos, ha hincado hasta lo más profundo del corazón del hombre y ningún gobernante (si acaso existiera), podría cambiarlo democráticamente. Los que están en el Poder, grandes y pequeños, han corrompido tanto al pueblo que solo podría cambiarlo alguien por la fuerza, han convertido a todo un pueblo en una masa de esclavos, ignorantes y maleducados que solo podrá ser gobernado por un sistema fascista o dictador, al estilo Hitler, Mussolini u otro. Pero creo que esto no va a ser posible, al menos en corto o mediano plazo. Tampoco lo deseo, y pienso que en esto coincidimos todos.

Mi profecía no es la de un cambio de gobierno que resuelva las cosas, creo que eso no se va a dar, al menos antes de que ocurra lo que pienso que va a ocurrir primero.

Mi profecía es la siguiente:

El pueblo todo va a encontrarse con un vacío espantoso dentro de sí mimo a nivel personal y en conjunto, se va a sentir muy mal, ya no encontrará gozo ni placer en la vida ni en las cosas cotidianas. Ya no importará si es gobernante ni gobernado. Han malogrado los frutos de la Providencia, han mal usado los recursos naturales, se burlaron de la Misericordia Divina, se encadenaron al placer y al mundo, rechazaron la Gracia de Dios y eligieron convivir con el pecado. Expulsaron a Dios del corazón del hombre y del pueblo, entonces Dios va a retirar su Gracia que es alegría, gozo y felicidad.

Que cada quién lo interprete como quiera, eso no me importa, pero muchos van a preferir no haber nacido y tratarán de quitarse la vida, otros se la quitarán.

Recomiendo rezar el Santo Rosario en desagravio a la Santísima Trinidad, Dios único y eterno en tres divinas Personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo, que también podríamos decir, Divina Providencia, Divina Misericordia y Divina Caridad. Y en desagravio a la Santísima Virgen María, Reina y Madre de todo lo creado.

Juan C. Starchevich

diario

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