jueves, 26 de febrero de 2009

El docente penado por una sociedad en crisis

por Stella Maris Romaña (Resistencia, Chaco)

Recordando a mis maestros, acude a mi memoria una expresión común en ellos

.........."DEJARÉ DE SER DOCENTE EL DÍA DE MI MUERTE"
Estas palabras, el tono y la modulación de la voz junto a la expresión de sus
rostros quedaron grabadas en mi mente.



Quiero detenerme brevemente en el recuerdo, hacer un alto para evocar la sincronía del lenguaje y sus figuras, danza perfecta de la lengua culta y el movimiento del cuerpo en su función comunicante, transmisora de apropiada sabiduría para nuestra respetada niñez y adolescencia.

El código relacionante que el maestro tenía con su comunidad era un ajustado correlato con su presentación personal y lenguaje, y ambos, además de su hacer en el aula, le daban la autoridad indiscutible en el proceso de educación de cada niño.

Imágen e identidad constituían su profesionalidad que trascendía un mero trabajo;
trabajo de dedicación a tiempo completo que desconocía la tecnología de punta y hacía gala de permanente lectura para abrir puertas a mundos desconocidos del conocimiento.

Entrando al ámbito de su hacer, "la clase" era el momento de enseñar y aprender,

de valorar la cultura familiar y rescatar las carencias del saber. Trabajo nunca bien pago,
aunque sí, bien reconocido por la comunidad.

¿Y qué pasa hoy con la creciente agresividad que debe enfrentar el docente?

La función del docente tal como nuestra sociedad, se ha extendido, trasciende su ámbito natural -la escuela- para convertirlos en gestionarios y hacedores de programas de estado que superan su específica preparación.

Y hete aquí la función del docente, ayer, en un ámbito cerrado, hoy, en la dinámica constante del hombre, trascendiendo los límites del edificio, con más de veinte niños en el aula, en la cual constata que la didáctica de los aprendizajes se diluye en una urgencia social que los desborda.

¿Y a qué raza de hombres pertenece el docente? ¿cuáles sus derechos puestos en tela de juicio todos los días? ¿ tienen familia, casa y comida , recreo y
esparcimiento suficiente?

Si nos detenemos en su hacer: que apunte el dirigente encumbrado, también votado por el maestro si en algún momento le planteó a los docentes sobre el perfil de país que acordaron con sus pares. Si invertir en educación significa replantear un sistema educativo acorde con este nuevo milenio, si invertir en educación es cambiar el enfoque y la perspectiva de los planes y programas de estudio, si invertir en educación es reconvertir la función docente, preparar a los futuros docentes, acompañar a los docentes en servicio a mejorar constantemente su desempeño. si esto es INVERTIR EN EDUCACIÓN, habrán transformado el slogan en una acción de valor cotizada en cualquier bolsa al mejor precio.

Es dable reconocer que la responsabilidad nunca es colectiva, es siempre individual
al decir de Victor Frankl, entonces asumamos cada uno la nuestra y dejemos de pensar lo de John Lennon "LA VIDA ES ESO QUE PASA MIENTRAS ESTÁS DISTRAIDO CON OTRAS COSAS".

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