domingo, 7 de diciembre de 2008

Gobierno, Rejas y Pueblo

El jueves 4 de diciembre he visitado Resistencia, ciudad donde he realizado mis estudios universitarios. En esta ciudad la Iglesia Católica nos ha enseñado a tantos jóvenes mediante encuentros de formación humana y espiritual a ser jóvenes verdaderos y hemos aprendido y experimentado que Dios, nuestro Señor, es lo único que le da significado a la vida.

Resistencia, cuidad cultural por excelencia que le da sentido a la vida, y que además realiza esculturas.
Resistencia, que desde sus universidades y su iglesia ha sabido construir hombres y mujeres verdaderos por miles, y también ha construido esculturas. Muchos corazones ardientes y también esculturas frías. Muchísima artesanía humana que construye al hombre lleno de pasión por la vida, y también esculturas frías.
Resistencia ha abandonado al hombre y, por ley, es la Ciudad de las Esculturas.

Resistencia no se ha dado cuenta que antes que todo es ciudad de la cultura, de la cultura humana, de lo trascendente y volitivo. Por una ley se ha transformado en Ciudad de las Esculturas, y por muchas leyes está apagando el ardor de los corazones y la pasión por la vida.
¿Qué es lo que miramos cuando no miramos lo que debemos mirar? ¿De qué hablamos cuando no hablamos lo que debemos hablar? ¿Qué escuchamos cuando no escuchamos lo que debemos escuchar? ¿Qué jerarquizamos cuando no jerarquizamos lo que debemos jerarquizar? ¿Hacia dónde vamos cuando no nos vamos hacia donde debemos ir?

Mientras se coronan con gloria a las estatuas al joven se lo corona con anticonceptivos, un condón, un aborto que manchan las manos de los jóvenes con la sangre de sus propios hijos. Cada acción de gobierno lleva implícito un mensaje, y en cada propaganda suya lleva implícito una mentira.

El corazón es el vértice de la razón, o la raíz (es lo mismo). Porque el corazón es el lugar donde están las exigencias por las cuales el hombre se mueve, y por eso es el lugar también de la razón. Dicho de otra manera: el corazón es la síntesis –o sea el significado– de la vida, y la razón es la exigencia del significado. Sin alma no hay corazón, sin corazón no hay fe ni tiene sentido la razón.

La mirada de los jóvenes ya no es la misma, se nota una tristeza fría. Su sonrisa también es diferente, ya no se sonríen de enserio. La sonrisa surge desde el compromiso de mostrarse simpáticos, pero no es auténtica porque no es fruto de su alegría, no surge del corazón. El Poder le está quitando el alma al hombre y el joven hoy es una fría escultura andante.

No existe conducción, la masa social solo se mueve por inercia en esta anarquía del desorden.

¿Cuál es el mensaje de las rejas que rodean la Casa de Gobierno? ¿Qué le quiere decir el gobierno a su pueblo?

En cada viaje que realizo a Resistencia encuentro cambios en el gobierno y sus ministerios, pero ninguno de estos cambios se refieren a la política social, es un cambio humano que se nota en los gobernantes. Son personas que ante los problemas responden con propaganda. No tienen capacidad de respuesta. Este cambio se traduce en una mutación interior que reduce su propia realidad humana, es un cambio tan acelerado que pienso que cuando ellos se miren así mismos se van a desconocer. Cuando se miren al espejo detrás de esa sonrisa de marketing no van a saber quienes son.

Los gobernantes ya se muestran diferentes a su pueblo, saben que han dejado de ser iguales y han puesto rejas para marcar la diferencia, como quién dice: “estos somos nosotros, y de aquí para allá son ustedes”. ¿Será que dentro de muy poco van a elevarla en el aire para mostrar que la casa de gobierno es un satélite de su propio pueblo?

Ya no pretendo que en el gobierno sean peronistas, ahora solo me urge que sean humanos. Ser peronista es una opción, ser humano una condición. Solo se puede optar cuando se es libre, pero la condición y la libertad solo se logran con evolución, y la evolución solo es posible con la Gracia de Dios, nuestro Señor. La Gracia de Dios, nuestro Señor, solo habita en la verdad.

¿Saben quién fue Antonio Gramsci?, un marxista italiano que fundó el partido comunista en su país, un filósofo que llegó a la conclusión que la revolución comunista no debía hacerse por medio de la lucha armada contra el aparato represivo del Estado capitalista, porque lo más importante era el aparato cultural por el que las clases dominantes dominaban a los proletarios. Por eso consideró que la batalla más importante para imponer el marxismo debía darse en el terreno de la educación, la religión y los medios de comunicación. Surge el marxismo Gramsciano. ¿Existe algún parecido con la política de gobierno de los progresistas de hoy? ¿Si algunas de estas cosas coinciden con la realidad, es pura coincidencia?

Señores del gobierno y colaboradores, tengan cuidado, no sea que por intentar ganarse el mundo estén perdiendo sus almas.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Si tiene inconvenientes para comentar, me envían el comentario al siguiente correo: jcsingc@gmail.com y yo se lo publicaré.