martes, 7 de septiembre de 2010

Protege tu vida

El cristiano no debe descuidarse, pues el maligno enemigo no duerme y se está devorando a todos los confiados y distraídos. Hoy, más que nunca, debemos estar alertas, significa que debemos practicar el consejo de San Pablo: “orar sin cesar”.
Si eres servidor, catequista o desempeñas alguna actividad apostólica en la iglesia, con más razón debes estar preparado.

Gentileza: Procurador Eliceo Nuñez - M.P.Nº165 S.T.J.Ch (Resistencia, Chaco)
Veamos que nos dice el Señor en Eclesiástico Cap. 2:


La constancia en medio de la prueba
Hijo, si te decides a servir al Señor, prepara tu alma para la prueba. Endereza tu corazón, sé firme, y no te inquietes en el momento de la desgracia. Únete al Señor y no te separes, para que al final de tus días seas enaltecido. Acepta de buen grado todo lo que te suceda, y sé paciente en las vicisitudes de tu humillación. Porque el oro se purifica en el fuego, y los que agradan a Dios, en el crisol de la humillación. Confía en él, y él vendrá en tu ayuda, endereza tus caminos y espera en él.
La confianza en Dios
Los que temen al Señor, esperen su misericordia, y no se desvíen, para no caer. Los que temen al Señor, tengan confianza en él, y no les faltará su recompensa. Los que temen al Señor, esperen sus beneficios, el gozo duradero y la misericordia. Fíjense en las generaciones pasadas y vean: ¿Quién confió en el Señor y quedó confundido? ¿Quién perseveró en su temor y fue abandonado? ¿Quién lo invocó y no fue tenido en cuenta? Porque el Señor es misericordioso y compasivo, perdona los pecados y salva en el momento de la aflicción.
¡Ay de los corazones cobardes y de las manos que desfallecen, y del pecador que va por dos caminos! ¡Ay del corazón que desfallece, porque no tiene confianza! A causa de eso no será protegido. ¡Ay de ustedes, los que perdieron la constancia! ¿Qué van a hacer cuando el Señor los visite?
Los que temen al Señor no desobedecen sus palabras y los que lo aman siguen fielmente sus caminos. Los que temen al Señor tratan de complacerlo y los que lo aman se sacian de su Ley. Los que temen al Señor tienen el corazón bien dispuesto y se humillan delante de él: “Abandonémonos en las manos del Señor y no en las manos de los hombres, porque así como es su grandeza es también su misericordia”.
Palabra de Dios
- Te alabamos Señor


Oraciones para todos los días: Rezarlas todas y en el orden dispuesto.

1.- Santísima Trinidad
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, dame la gracia de vivir en tu paz y tu alegría. Pongo mi confianza en vos, Dios de Amor y Poder. Quiero recordarte tu promesa: “Cuando pidas algo en la oración crean que ya lo tienen y lo conseguirán”. Gracias por liberarme, a mí y a mis seres queridos, de todo enemigo y protegernos de todo mal. Cúbrenos con tu preciosísima sangre y escóndenos en tus santas llagas. Te pido protección de la salud física, psíquica y espiritual propia y de mis familiares, mis amigos y hermanos de comunidad; protección de la casa, del trabajo, de la economía familiar y de la comunidad a la que pertenezco, de los medios de locomoción, sobre la buena fama y nombre y buenas relaciones. Te pido crecer, en este día, en las virtudes que más te agradan: Humildad autentica y caridad profunda. Ven, Espíritu Santo. Gracias Virgen Maria, por decirme: “Oye y ten entendido hijo mío, el mas pequeño. Que es nada lo que te asusta y aflige. No se turbe tu corazón, ni te inquiete cosa alguna. ¿No estás por ventura en mi regazo?” Mamá: libéranos, protégenos, guíanos, consuélanos. Pide para nosotros el Espíritu Santo. Amén.
2.- Protección y Sanación
Señor Jesús, cúbreme con tu preciosísima sangre, escóndeme en tus santas llagas, líbrame de todo peligro y de todo mal. Envía a tus santos Ángeles y arcángeles para que me acompañen a lo largo del camino. Amén.
3.- Coraza de San Patricio
Me levanto hoy por medio de poderosa fuerza, la invocación de la Trinidad, por medio de creer en sus tres personas, por medio de confesar la unidad, del Creador de la creación. Me levanto hoy por medio de la fuerza del nacimiento de Cristo y su bautismo, por medio de la fuerza de su crucifixión y su sepulcro, por medio de la fuerza de su resurrección y ascensión, por medio de la fuerza de su descenso para juzgar el mal. Me levanto hoy por medio de la fuerza del amor de querubines, en obediencia de ángeles, en servicio de arcángeles, en la esperanza de que la resurrección encuentra recompensa, en oraciones de patriarcas, en palabras de profetas, en prédicas de apóstoles, en inocencia de santas vírgenes, en obras de hombres de bien. Me levanto hoy por medio del poder del cielo: Luz del sol, esplendor del fuego, rapidez del rayo, ligereza del viento, profundidad de los mares, estabilidad de la tierra, firmeza de la roca. Me levanto hoy por medio de la fuerza de Dios que me conduce: poder de Dios que me sostiene, sabiduría de Dios que me guía, mirada de Dios que me vigila, oído de Dios que me escucha, palabra de Dios que habla por mi, mano de Dios que me guarda, sendero de Dios tendido frente a mi, escudo de Dios que me protege, legiones de Dios para salvarme de trampas del demonio, de tentaciones de vicios, de cualquiera que me desee mal, lejanos y cercanos, solos o en multitud. Yo invoco este día, todos estos poderes entre mi y el malvado, contra despiadados poderes que se opongan a mi cuerpo y alma, contra conjuros de falsos profetas, contra las negras leyes de los paganos, contra las falsas leyes de los herejes, contra obras y fetiches de idolatría, contra encantamientos de brujas, forjas y hechiceros, contra cualquier conocimiento corruptor de cuerpo y alma. Cristo, escúdame hoy contra filtros y venenos, contra quemaduras, contra sofocación, contra heridas, de tal forma que pueda recibir recompensa en abundancia. Cristo conmigo, Cristo frente a mi, Cristo tras de mi, Cristo en mi, Cristo a mi diestra, Cristo a mi siniestra, Cristo al descansar, Cristo al levantar, Cristo en el corazón de cada hombre que piense en mi, Cristo en la boca de todos los que hablen de mi, Cristo en cada ojo que me mira, Cristo en cada oído que me escucha. Me levanto hoy por medio de poderosa fuerza, la invocación de la Trinidad, por medio de creer en sus tres personas, por medio de confesar la unidad, del Creador de la creación.
4.- Sangre de Cristo
Señor Jesús, en tu nombre y con el poder de tu Preciosa Sangre, sellamos toda persona, hechos o acontecimientos a través de los cuales el enemigo nos quiere hacer daño. Con el poder de la Sangre de Cristo sellamos toda potestad destructora del mal, en el aire, en la tierra, en el agua, en el fuego, debajo de la tierra, en las fuerzas satánicas, en la naturaleza, en los abismos del infierno, y en el mundo en el cual nos moveremos hoy. Con el poder de la Sangre de Cristo rompemos toda interferencia y acción del maligno. Te pedimos Jesús, que envíes a nuestros hogares, lugares de trabajo y a todos los miembros de la Iglesia a la Santísima Virgen, Auxilio de los cristianos, acompañada de los Arcángeles San Miguel, San Rafael y San Gabriel, por nuestros Ángeles custodios y por toda su corte de santos ángeles. Con el poder de la Sangre de Cristo sellamos nuestra casa, a todos los que la habitan (aquí puede nombrar a cada uno de ellos), las personas que tú señor quieres que estén en contacto con nosotros, así como los alimentos y los bienes que generosamente nos envías para nuestro sustento. Con el poder de la Sangre de Cristo, sellamos tierra, puertas y ventanas, objetos, paredes y piso, el aire que respiramos y en fe cubrimos con la Sangre de Cristo a toda nuestra familia y comunidad. Con el poder de la Sangre de Cristo sellamos los lugares en donde vamos a estar este día y a las personas con quienes vamos a tratar (aquí puede nombrar a cada una de ellas). Con el poder de la Sangre de Cristo sellamos nuestro trabajo material y espiritual, los negocios de nuestra familia y los vehículos, las calles, los aires, las vías y cualquier medio de transporte que habremos de utilizar. Con tu sangre preciosa sellamos los actos, las mentes y los corazones de todos los habitantes y dirigentes de nuestra patria y del mundo entero, a fin de que tu paz y tu corazón reinen en ella. Te agradecemos Señor por tu sangre, que es tu Vida, ya que gracias a ella, hemos sido salvados y somos preservados de todo lo malo y del maligno. Amen.

5.- Descontaminación
Todo espíritu de contaminación y cualquier otro espíritu inmundo que me contamine a mi o a mi familia: soberbia, orgullo, lujuria, avaricia, pereza, gula, envidia, violencia, suicidio y cualquier otro vicio, sea echado afuera. Los mando atados, amordazados y encadenados a los pies de Cristo Jesús. ¡Vencidos para siempre, no me vuelvan a molestar nunca más, ni ahora, ni en la hora de mi muerte! Yo soy de Jesús y de Maria Reina de la Paz. *Jesús es mi Señor Salvador (3 veces). Amén. Maria Reina de la Paz y del Amor, ruega por nosotros, por el mundo entero y especialmente por … (aquí se puede nombrar personas que necesitan oración liberadora).
6.- Promesas de Dios
Padre Celestial, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo y bajo el poder de su sangre derramada, porque Tú dices en tu Palabra (aquí citar versículo bíblico a través del cual Dios da una promesa a su pueblo): que “El Ángel de Dios acampa alrededor de los que le temen y los defiende”. (Salmo 34,7). Sobre la base de esta promesa, creo que eres Nuestro Protector y quiero pedir por Fe: que satanás sea atado y que tus Hijos: seamos protegidos y liberados de todo peligro y de todo mal, de las críticas, calumnias, desconfianza, mientras que la obra de satanás quede restringida en la vida de quienes quieran hacernos daño. Y no solo eso, Señor, sino que también las fuerzas que Satanás ha puesto en acción en nuestras vidas provocando situaciones de amargura y conflicto, sean derribadas y arrancadas en pedazos por tu poder, oh Dios. Padre Celestial, en el nombre, el poder y la autoridad de nuestro Señor Jesucristo y en la protección de su Sangre Derramada (afianzarse en una promesa bíblica), te recuerdo y te pido que realices en mi vida tu promesa, cuando dijiste: “E Señor es quien te cuida; el Señor es quien te protege, quien esta junto a ti para ayudarte. El sol no te hará daño de día; ni la luna de noche. El Señor te protege de todo peligro; El protege tu vida. El Señor te protege en todos tus caminos desde ahora y para siempre”. Amen (Salmo 121,5-8)
7.- Arcángel San Miguel
En aquel tiempo, surgirá Miguel, el gran príncipe que defiende a los hijos de tu pueblo. (Daniel 12,1)
San Miguel Arcángel, defiéndonos en la batalla. Se nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale, Dios, pedimos suplicantes, y tu, príncipe de la milicia celestial, arroja al infierno, con el divino poder, a satanás y a los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amen. En ti confiaran los que conocen tu nombre, por cuanto tú, oh Yahvé, no desamparaste a los que te buscaron. (Salmo 9,10)
8.- Oración de Azarías
“Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres, y digno de alabanza, que tu Nombre sea glorificado eternamente.
... porque no quedan confundidos los que confían en ti. Y ahora te seguimos de todo corazón, te tememos y buscamos tu rostro. No nos cubras de vergüenza, sino trátanos según tu benignidad y la abundancia de tu misericordia. Líbranos conforme a tus obras maravillosas, y da gloria a tu Nombre, Señor. Que sean confundidos todos los que hacen daño a tus servidores: que sean cubiertos de vergüenza, privados de todo dominio, y que su fuerza sea quebrantada. Que ellos sepan que tú eres el Señor, el único Dios, glorioso sobre la tierra”. (Daniel s. gr. 3, 26, 40-45)

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