viernes, 20 de agosto de 2010

Eslabón de la vida

Vivimos en tiempos de guerra, en las ideas, ideales, pertenencias, criterios de vida, agresiones, robos, asesinatos, genocidios culturales y generacionales. Hoy se impone la ley de la selva en los lugares civilizados, se atenta contra la vida… pero de nosotros depende morir o vivir. Si te quedás quieto te matan; si solamente te quejás no sirve para nada; hay que entrar en esta guerra y luchar, en esta lucha de la fe, donde cada uno de nosotros podemos y debemos ser un eslabón de esa cadena que es la vida. Para ello solo necesitamos unas pocas cosas: tener fe y transmitirla a los que viven cerca de nuestra casa.

Lo podemos realizar de un modo muy simple:


  1. Construir un tríptico en una hoja tamaño oficio, que la dividiremos en tres partes iguales: En la parte izquierda colocamos una imagen de un sacerdote con la Eucaristía en alto, y debajo de ella escribimos el Padrenuestro; En el centro pegamos la imagen de un barco en alta mar, que simboliza la Iglesia, y debajo de él copiamos el Credo; A la derecha pegamos la imagen de la Virgen María, y debajo de ella copiamos el Avemaría. Con esto ya tenemos el tríptico.
  2. Lo imprimimos o sacamos fotocopias y vamos a visitar a un vecino. "No hace falta que te vayas lejos de tu casa".
  3. Cuando nos atienda le pedimos permiso para rezar con su familia estas tres oraciones del tríptico.
  4. En caso que acepte, le pedimos al papá de esa familia que lea en voz alta estas tres oraciones.
  5. Le dejamos la hoja del tríptico y les pedimos que todos los días lo recen en familia, y si es posible, que visiten a sus amigos y hagan lo mismo.
  6. Nos despedimos y le damos gracias a Dios por permitirnos trabajar en su viña.
Eso es todo, es muy fácil y produce muchos frutos, pues esta guerra no la hacemos nosotros sino el mismo Dios con su Ejército Celestial; nosotros solo golpeamos puertas para victoria y gloria de Dios, y paz para todos nosotros.

Interesa al cura párroco más cercano y proponle transformar su parroquia en católicos misioneros de la misma. Misionemos en nuestros propios ambientes, nuestros barrios, nuestras manzanas, nuestros hogares; Pues si todos hacemos nuestra parte, en poco tiempo y entre todos, estaremos misionando el mundo, en su totalidad. Se tú el primero!!! Lánzate ya!!!


Si nos decidimos y lo hacemos, ya tenemos la guerra ganada, pues entra en acción el Todopoderoso, Dios y Señor nuestro.
Amén.

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