sábado, 19 de febrero de 2011

De todo un poco, como el día a día


Y en este ir y venir del pensamiento bailotean las letras en mi muro con este mensaje de Sergio Bergman... "La diferencia y la indiferencia se relacionan con la trascendencia" y continúa, ¿cuando alguien es olvidado?, ¿cuando alguien muere definitivamente?

Me pregunto ¿porqué estoy contenta?, en realidad no lo sé, debe ser porque tengo el privilegio de vivir con regalos cotidianos que cuelgan una sonrisa en mis labios, convivir con los inconvenientes propios que marcan este nuevo siglo, a los que asumo como desafíos, obligándome a planificar mi hacer y proyectar mi estrategia para obtener resultados satisfactorios. Y en este ir y venir del pensamiento bailotean las letras en mi muro con este mensaje de Sergio Bergman... "La diferencia y la indiferencia se relacionan con la trascendencia" y continúa, ¿cuando alguien es olvidado?, ¿cuando alguien muere definitivamente?

Y esto me sitúa en los patrones morales con los que recordamos a nuestros próceres, ¿cómo reconocernos argentinos, sin una historia que nos anteceda?, ¿cómo identificarnos cómo tales sin patrones morales que sustancien nuestras diferencias con el resto?

Seguramente la universalidad, la globalización den mayor continente al todo, pero ¿quién constituye el todo sino sus partes?

Soy una mujer del siglo que pasó y en mi constante afán por conservar la vigencia, establezco mis límites, el arte de convivir es aprender a comunicarnos, y en este tiempo, comunicarse es trascender como pueblo con una innegable tradición de paz y amor, reconociendo y celebrando nuestras efemérides con hombres y hechos que perduran en el tiempo y que con defectos y aciertos nos legaron lo que hoy disfrutamos como argentinos, ello constituye la trascendencia. .

Las estatuas podrán ser derribadas, pero esa imagen, ese recuerdo que veneramos en nuestro corazón, constituye el reducto de lo privado y personal, y solo cada uno podrá sustituir.

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