Querido Juanca:
quiero comentarte un hecho que me causó un sinnúmero de emociones, contradictorias por el asombro, de pena y también de esperanza.
Salía de un negocio a la noche de ayer, y se detiene ante mí un niño de no más de 8 años, estaba en compañía de dos hermanitas de poca diferencia de edad, tocaban a las puertas y pedían si tenían algo para darles, mientras que el niño me miró con sus grandes ojos y me dijo " ¿me puede conseguir un juguete? aún no me olvido de sus ojos, de su mirada, ¿cuántos sueños estaremos robando a nuestros niños? hoy recuerdo un día de mi hacer docente cuando trabajando en la biblioteca padre Alonso de Barsana en Resistencia homenajeamos a las madres y sus hijos en esa comunidad y gracias a la gestión de don Ignacio Vargas quien estaba en acción social pudimos regalar hermosos juguetes a los niños, tampoco me olvido de sus miradas y sus manitas recibiendo esos presentes. ¿Cómo se sentirá un presidente cuando de su pueblo recibe miradas de agradecimiento y esperanza?
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