¿Qué significa Navidad?

Una misma fiesta, un mismo nombre; distintas celebraciones, distintos significados. Es un feriado para todos; una nostalgia para algunos y una esperanza para otros. Es el momento en el cual nos acordamos que nos faltan algunos familiares queridos. Imitamos muchas formalidades heredadas por ellos, porque esta fiesta es de la familia. Comenzamos con una “Noche Buena” que muchos no saben por qué, porque de todos modos eso no tiene importancia en la práctica cotidiana de este festejo que se celebra con mucha alegría y mesas rebosantes de tantas cosas ricas. Realmente es una “buena noche” donde reventamos cohetes y destapamos sidras cuando el reloj marca la hora cero. Brindamos y nos saludamos con besos y abrazos diciendo “¡feliz navidad!”. Es una hermosa noche de festejos, de alegrías y recuerdos. Los niños esperan con muchas expectativas a Papá Noel que deje sus regalos al pie del árbol navideño, que aparecen mágicamente a la hora de los cohetes.

Mientras la pasamos bien, no nos interesan los significados… ¿Qué interesa de donde viene el árbol de navidad, si queda muy lindo y resulta agradable?... ¿Papá Noel?... mientras traiga regalos, ¡bienvenido sea!

El árbol navideño: ya se festejaba, algunos siglos atrás, en algunos países de Europa, no con el nombre de “Navidad” por supuesto, pero en una fecha muy próxima al 25 de diciembre en honor del nacimiento de Frey (dios del sol y la fertilidad), adornando un árbol perenne que simbolizaba el árbol del universo llamado Yggdrasil, en cuya copa se hallaba Asgard (la morada de los dioses) y el Valhalla (el palacio de Odín), y en las raíces más profundas estaba Helheim (el reino de los muertos). Luego, en épocas de evangelización cristiana, se intentó cambiarle los significados, pero nada tiene que ver con la Navidad Cristiana.

Papá Noel, que hace referencia a Santa Claus o San Nicolás, obispo cristiano del siglo IV, de origen griego que vivió en Anatolia, en los valles de Licia (la actual Turquía), hoy se conservan sus reliquias en la basílica de Bari (Italia). Pero el mundo no lo venera como santo, sino como un viejo gordo bonachón de barba que vive en el mundo de las fantasías lleno de magia.

La navidad en el mundo es un hecho muy curioso, pues hasta los ateos la festejan, también todos aquellos que no son cristianos y creen en otras religiones. ¿Es un gesto de respeto o una incoherencia? La celebran aquellos que rechazan a Cristo y sus enseñanzas, ¿no es esto una hipocresía? ¿Acaso, cuando un cristiano participa de alguna orgía del mundo pagano, no lo llaman hipócrita? ¿Chupa sirio? Es realmente una incoherencia, tan incoherente como todos los que no creen en Cristo y celebran la navidad “aprovechando la Noche Buena”, para hacerla solamente una “buena noche”, donde aparecen todas las prácticas y costumbres del mundo pagano, mundo sin Dios.

La Navidad, según la Iglesia Católica

Noche buena para el mundo, pues estaba por nacer su Salvador. Aquel quien viene a liberar de las cadenas de la esclavitud. Noche incómoda para María con el Niño Jesús en su vientre pronto a nacer, y para José, que juntos buscaban alguna posada para descansar y poder dar a luz a nuestro Redentor, pero “no había lugar para ellos”, y para colmo, eran pobres. Le cerraban las puertas en sus rostros, tuvieron que ir al abrigo de un corral de animales, un pesebre, donde improvisaron una camita de pasto seco que encontraron en el lugar, y allí ocurrió el acontecimiento más importante de toda la historia de la creación, ha nacido el Hijo de Dios, Dios se ha hecho hombre. Noche buena para el mundo cuando el mundo mira para otro lado.

"...Y sus hermanos, los hombres,
le negaron sus umbrales;
Él vino a curar los males
y tuvo, como un mendigo,
que limosniar un abrigo
a una cueva de animales..."
(Padre Amado Anzi)

Todos los años ocurre lo mismo, durante más de veinte siglos: “no hay lugar para ellos”, mientras el mundo mira para otro lado. La Sagrada Familia: “Jesús, José y María”, están cerca del pueblo, mientras el mundo se divierte y no comparte con Él su mesa ni su alegría ni su presencia.

Solo había algunos animales de corral a su alrededor, y fue visitado por algunos pastores que estaban en el campo. Estos pastores eran rechazados por la gente de pueblo porque los consideraban “impuros”. Entonces, podemos decir que la Navidad Cristiana es el nacimiento de nuestro Salvador, despreciado por el mundo, en un pobre pesebre de animales de corral, visitado por gente despreciada por el mundo.

El significado más pleno de la Navidad se traduce en la adoración al Niño Jesús; eso hizo su madre, también José y los pastores del campo, que según ellos mismos contaron, se enteraron del nacimiento por noticia de unos ángeles del cielo que les dijeron que esa noche les ha nacido su Salvador tan esperado, que vayan a verlo, y luego los ángeles se alejaron glorificando al Altísimo, Dios, nuestro Señor.

Navidad también significa revisar nuestro estado de libertad y esclavitud, pues nos muestra donde está amarrado nuestro corazón haciéndonos ver a qué o a quién hemos adoptado como dios, pues en navidad nace “la luz” que alumbra al mundo con “la verdad”.

Navidad significa conversión, pues ha nacido “el camino” a tomar para poder ser libres, ha nacido “el método” para lograr la felicidad. "Único camino" que nos permite regresar al Padre Eterno.

La Navidad Cristiana está antecedida por un tiempo de adviento, que significa preparar el corazón para alojar en él al Niño Jesús, a María y José. En el adviento preparamos nuestro corazón como morada de la Sagrada Familia.
Cuando esperamos visitas es natural limpiar la casa, adornarla, perfumarla, hacerla cálida y acogedora, más aún si esperamos la visita de un rey. Por eso es conveniente recibir el Sacramento de la Reconciliación en este tiempo de preparación, adviento, o advenimiento de nuestro Señor, para que se sienta cómodo en nuestro corazón.

Nuestro corazón debe ser ese nuevo pesebre que aloja y abriga con amor humano a aquel que viene del amor de Dios.

Por eso, te digo a vos, nadie tiene obligación, pero a mí personalmente me gustaría que en esta navidad la Sagrada Familia se aloje en mi corazón, en el tuyo, y en todos los corazones de todo el mundo.

Juan C. Starchevich