jueves, 22 de abril de 2010

Un mal pálpito

por Juan C. Starchevich

Creo que en el 2011, los Kirchner ganarán con un piso del 65% de los votos.

Es una pena, pero considero que el pueblo argentino, en su mayoría, los ha adoptado como legítimos herederos de la corona porque ha perdido la capacidad de elegir al portador de la banda presidencial. En primer lugar la proclamación ha venido desde la dirigencia de la oposición, una oposición ficticia que no comprende de política de Estado, realmente no son políticos, solo son una suerte de gremialistas que juegan a la presión circunstancial para obtener su tajada individual, llamada también “el diezmo político”, en el reparto del botín del pirata, a cambio del silencio cómplice.

No existe oposición política, han devastado los partidos políticos históricos para quedarse tan solo con un porcentaje. Quieren hacer creer al pueblo argentino que están en acción política, pero están haciendo lo mismo que todos los cabezas de gremios y sindicatos del país, solo arman una revuelta mediática que curiosamente se suspende con un silencio cómplice cuando logran sus objetivos personales de enriquecimiento individual a cambio de una política que socava los cimientos de nuestro país.

Se han hecho tantas denuncias que, con los fallos judiciales, han acostumbrado al pueblo a la aceptación de la lógica del robo y la corrupción. ¿Qué hacen los cabezas de los partidos políticos? ¿Acaso ya han aceptado como regla de juego que gobiernen los Kirchner a cambio de su tranquilidad económica y permanencia en sus sillones del recinto? ¿Dónde quedaron las quejas de Lilita Carrió que curiosamente termina justificando en nombre de una prudencia que no justifica sus acciones lapidarias? ¿Dónde está el peronismo disidente que solo son “los malos” hasta que logran algún carguito? Si pusiéramos trampas para ratas nos quedaríamos sin gobierno ni oposición.

Los Kirchner seguirán ganando porque a la dirigencia opositora les conviene, es más cómodo para ellos cobrar por ventanilla y por debajo de la mesa que hacerse cargo de una gran responsabilidad a la cual no están preparados ni tienen aptitud para ejercerla.

Los argentinos sabemos que vivimos en la mentira, pero muchos no saben que la mentira más perjudicial no está en el oficialismo sino en la oposición; no en la militancia sino en la dirigencia, en las cabezas de todos los partidos de la oposición. Las mayorías logradas en el congreso no mejorarán la calidad de vida del país, sino que solo lograrán una tajada más grande para los legisladores. El tema es solamente económico, una economía de enriquecimiento ilícito para el oficialismo y la dirigencia opositora. Esta es su única filosofía.

Han destruido a nuestras Fuerzas Armadas, a la Constitución Nacional y su Justicia, porque son unos cobardes que de antemano se daban cuenta que no estaban para gobernar, sino solo para obtener ganancias personales. Temían de antemano “un seguro golpe de Estado” porque ingresaron al gobierno con malas intensiones. ¿Cómo podrá lograrse la demanda de justicia que reza en sus juramentos “Que Dios y/o la Patria me demanden”? ¿Quién podrá ejecutar esta demanda? ¿La policía? ¿Los Jueces, que hacen lo mismo que la dirigencia opositora? ¿El pueblo en masa? ¿Acaso deberemos elegir a otros para que nos defiendan de aquellos que hemos elegido primero?

En Argentina ya no quedan dirigentes, sino coleros del oficialismo vitalicio; tampoco quedan militantes, sino “obedientes de coleros” sin visión de futuro, más allá de un presente permanente de mediocridad y dependencia.

¿Alguien se puede imaginar a Cristina Kirchner como Presidente de los Argentinos? Estamos viviendo como en el negativo de una fotografía, está todo al revés, lo que es negro se muestra blanco, lo que está de pié se muestra invertido; gobierna quién no debe gobernar, conduce quien no debe conducir, dirige quien no debe dirigir, enseña quien no debe enseñar, mueren los que deben vivir, se le da vida a aquello que debe morir.

Una cosa es clara: cuando esté listo el negativo luego viene la revelación. Pero, ¿dónde y cuándo ocurrirá esto? ¿Estamos en la dimensión correcta? ¿La revelación de la mentira, que deberá transformarse en “realidad verdadera”, no está en la “dimensión de la verdad”?

Argentino, ¿en qué dimensión vivís tu realidad?

1 comentario:

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