Satisfechos. Alejandro y Ernesto ayer en el Registro Civil de Coronel Díaz y Berutti, luego de conseguir turno para contraer MATRIMONIO. (fuente: Clarín.com)
"Quizás muy emotiva para algunos, esta fotografía que presenta un cuadro muy particular en nuestra historia, historia de la humanidad, un presente que revela el corazón y la mentalidad de toda una sociedad argentina; más bien podríamos decir “la mayoría”, pero eso qué importa?, ¿acaso la mayoría no es quién decide? ¿En qué se basa la mayoría para tomar este tipo de decisión? ¿Por qué, además de esto, no modifican otras leyes naturales que ya son demasiado viejas así las actualizamos a nuestro mundo y sociedad de hoy? ¿Acaso, la mayoría no se ha pronunciado en contra de la Iglesia Católica, su Dios y sus Leyes? ¿Quién define las leyes naturales?, ¿acaso el congreso?, ¿Con qué conocimientos? ¿Están preparados para ello? ¿Cuáles son las reglas de ciencia que iluminan las mentes dentro del recinto legislativo y en la masa social de todo un pueblo? ¿Derechos o caprichos?
¿Por qué no cambiamos las leyes gravitatorias de atracción de los cuerpos en el espacio? La aceleración gravitatoria vale aproximadamente 9,81 metros / segundos al cuadrado, descubierta hace más de doscientos años!!!!
¿Por qué los actores del Congreso, con todos sus deslumbrados fans de opinólogos, no desafían una vez más a las leyes naturales cambiando la aceleración gravitatoria g = 9,81 m/s^2 a, por ejemplo g(argentina) = 15000, 48 m/s^2, y nos obligan a todos los ingenieros a modificar nuestros cálculos estructurales?... si total no creen en Dios ni en sus leyes… Entonces ¿Qué sentido tiene guardar fidelidad a las leyes materiales si continuamente transgredimos las leyes humanas y sociales?.... ¡Ché!… Iluminado!!! -(con las luces de tu propia ignorancia)-…. Tuya es la palabra… Palabra sin cabeza, palabra sin corazón… palabras, palabras, palabras…" (Juan C Starchevich).
Por Diego Geddes (desde Clarín.com/sociedad -Matrimonio homosexual- 17/07/2010)
Querés que te lleve? No, dejá, me tomo un taxi. Pero te llevo, no tengo nada que hacer, ¿cuánto vas a tardar? Y no sé, un poco... bah, no sé. Bueno, andá y te espero en casa, porque me parece que vas a tardar mucho. Sí, sí, dejá, esperame en casa mejor”.
Son apenas 30 segundos en donde el mundo que los rodea pasa a segundo plano. Es una pareja que en un diálogo cotidiano muestra lo que son la comprensión, el desencuentro, el amor, el entendimiento y la confianza. Mientras Ernesto Larrese (60, actor) y Alejandro Vanelli (61, uno de los representantes de artistas más importantes del país) deciden cómo va a ser el futuro inmediato de sus vidas, los que presenciamos la escena comprendemos el pasado, el presente y el futuro de estas dos personas que llevan 34 años juntas y que ayer fueron la primera pareja en pedir fecha en un Registro Civil porteño para casarse, con el matrimonio gay legalizado.
“Estamos felices. Con esta ley tenemos una Argentina más solidaria, un país mucho más libre”, coinciden. El Registro Civil de Beruti y Coronel Díaz ya les dio una fecha provisoria (13 de agosto), aunque oficialmente deben esperar a que la ley esté reglamentada. María Rachid, presidenta de la Federación Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans, confirmó ayer que “el miércoles la presidenta promulgará la ley en un acto en la Casa de Gobierno junto con las organizaciones, según dijo el jefe de Gabinete Aníbal Fernández”.
Hace tres años, Alejandro y Ernesto fueron a este mismo Registro Civil a pedir fecha de casamiento. Les dijeron que no y presentaron un recurso de amparo. Pero nunca tuvo resolución favorable, como sí sucedió con las parejas que pudieron casarse antes de la reforma del Código Civil que votó el Senado el miércoles pasado.
Ese día, siguieron el debate por televisión. “Ernesto se durmió a las dos y media y yo apagué la tele a las tres menos diez. Pero a las 4 me llamaron por teléfono y me contaron cómo había salido”, cuenta Alejandro, que representa a Natalia Oreiro, Gonzalo Heredia y Mercedes Morán, entre otros 200 artistas de renombre .
“Lloramos, nos abrazamos. Fue un momento emocionante”, dicen. Alejandro tiene una hija y dos nietos, de 10 y 7 años. “Me llamaron y me felicitaron.
Ellos no entendían por qué no nos podíamos casar . Nos veían como una pareja como cualquier otra, que comparte el tiempo con felicidad”, razona Alejandro. Se conocieron en el verano del ‘76, mientras Ernesto ensayaba una obra en el Complejo Teatral Estrellas. Alejandro, por trabajo, iba a los ensayos. “Al principio me cayó pésimo”, recuerda Ernesto. “Después lo fui conociendo y empecé a ver que era un tipo interesante”.
Nunca pensaron en casarse, pero desde que presentaron el amparo empezaron a pelear para concretarlo.
“No creo mucho en las palabras, sino en lo que se ve y se hace. Los senadores que se fueron y no votaron son un ejemplo de eso”, explica Ernesto.
Como ellos dos, ya hay varios parejas que fueron a pedir fecha. En Mendoza, la titular del INADI local, Karina Ferraris, informó que “más de 18 parejas se acercaron” para consultar sobre el casamiento y pidieron conocer “cómo avanza la legislación”. También hubo pedidos de información en los registros civiles de Córdoba, Santa Fe y La Plata.
Son cientos de personas de todo el país, que tienen esos 30 segundos de palabras triviales e intrascendentes, y que a veces sirven para explicarlo todo.
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