Gentileza: Isabel Donnet (Corrientes, Argentina)
Editado: 23-09-09
“OPERACIÓN PRIMICIA”
Ataque al Regimiento de Infantería de Monte 29 (Formosa)
En la calurosa tarde formoseña del domingo 5 de octubre de 1975, se fraguaba una traición. Los conscriptos del Regimiento 29 volvían al retén luego de un partido de fútbol. Eran jóvenes de no más de 20 años que se hallaban realizando el Servicio Militar Obligatorio en cumplimiento de una ley de la Nación. Algunos de ellos tenían un buen nivel de instrucción formal, como el santafesino Luis Roberto Mayol, que estudiaba Derecho; otros, como el "Negro" Luna, en cambio, estaban aprendiendo a leer y escribir en el cuartel. Pero todos, en toda la geografía del país, así tuviesen padres empresarios o muy humildes, usaban el mismo uniforme que los convertía en camaradas y juraban la misma bandera que los hermanaba.
Mientras iban derecho a las duchas seguían con las "gastadas" por el resultado del partido. Pero uno de ellos no reía. Aquel era el día elegido por el grupo terrorista "Montoneros" para llevar a cabo un espectacular golpe contra el Ejército Argentino, con la intención de intimidar al gobierno constitucional de Isabel Perón.
Isabel estaba completando el mandato del fallecido Juan Domingo Perón, con quien integró la fórmula presidencial electa en 1973 con el 62 % de los votos.
Además del hecho propagandístico, los subversivos se proponían dotarse de cuantas armas pudieran tomar del cuartel del Regimiento.
Montoneros habían apostado fuerte a esta operación, que denominaron "Primicia" : habían comprometido un centenar de efectivos fuertemente pertrechados, llevando ametralladoras, fusiles FAL con 5 cargadores por hombre, escopetas recortadas, granadas, minas vietnamitas y equipos de comunicación portátiles.
Vestían uniformes azules y contaban con una muda de ropa civil y documentos falsos. Para desplazarse disponían de 11 vehículos y una avioneta.
La operación, minuciosamente planeada, establecía un asalto simultáneo al Regimiento y al aeropuerto "El Pucú" de Formosa, cuyo control era vital para la posterior evasión de los terroristas, escape que se realizaría con un Boeing 737 de Aerolíneas Argentinas desviado de su ruta original Buenos Aires-Posadas.
La irrupción al cuartel se efectuaría mediante un ataque a la Guardia y una penetración por el área posterior de la unidad.
En cuanto a la inteligencia previa... Montoneros tenían “ojos” dentro del cuartel.
Mientras algunos conscriptos dormían y otros en encontraban ya duchándose, el santafesino Luis Roberto Mayol -famoso por sus bromas- le arrebató el fusil a su compañero del Puesto de Guardia Nº 2 y abrió los portones para permitir el ingreso de 5 camionetas que transportaban unos treinta terroristas fuertemente armados.
El primer vehículo se dirigió al Puesto de Guardia Nº 1, cerca de la Guardia Central, donde el sargento Víctor Sanabria estaba intentando operar una radio, y al descubrirlo, lo mataron para cortar toda comunicación con el exterior.
Simultáneamente, otro pelotón de montoneros entró al dormitorio de la Guardia y mató a 5 soldados que se hallaban durmiendo.
Otros conscriptos murieron en las duchas, alcanzados por las granadas arrojadas desde las ventanas del baño.
Conducidos por el conscripto entregador Luis Roberto Mayol, los subversivos sabían muy bien dónde se hallaban los depósitos de armas y de municiones.
Cuando se acercó un subteniente que había oído los disparos, Mayol le apuntó con su FAL, pero el arma se trabó y el oficial logró abatir al traidor.
El "Negro" Luna se hallaba de guardia en la Compañía Comando, cuando de repente 5 terroristas saltaron de una de las camionetas y lo encararon.
“¡Rendíte, negro, que con vos no es la cosa!", le increparon.
"¡Acá no se rinde nadie, mierda!"
Hermindo Luna, Fusil en mano, mientras intentaba replegarse sobre el fondo de la Compañía, les dio tiempo a sus camaradas para reaccionar.
Tuvo lugar un intercambio de disparos hasta que fue alcanzado por una ametralladora desde una de las ventanas del baño.
La tenaz resistencia presentada por los "colimbas" sorprendió a los Terroristas, que esperaban encontrarse con "provincianos adolescentes más interesados en levantar los brazos que en responder con balas", tal como escribiera luego uno de ellos.
Luego de un par de horas de feroces combates, los Montoneros debieron retirarse, sin poder llevar todas las armas que habían planeado, aunque lograron hacerse de 18 fusiles FAL.
Los Montoneros dejaron un total de 16 muertos en el cuartel..., incluyendo al soldado entregador.
El Ejército Argentino debió lamentar la muerte de:
Subteniente Ricardo Massaferro
Sargento Víctor Sanabria
Conscripto Antonio Arrieta
Conscripto Heriberto Ávalos
Conscripto José Coronel
Conscripto Dante Salvatierra
Conscripto Ismael Sánchez
Conscripto Tomás Sánchez
Conscripto Edmundo Sosa
Conscripto Marcelino Torantes
Conscripto Alberto Villalba
Conscripto Hermindo Luna
Todos ellos cayeron defendiendo a la Bandera Argentina, como lo habían jurado.
Hermindo Luna tenía 20 años y era hijo único. Había entrado al Servicio Militar sin siquiera saber leer ni escribir, porque este tape gaucho sólo sabía del monte y de hachar quebracho al sol con 40 grados de calor.
No sabía nada de Marx ni de Lenin, ni de la "lucha de clases" o la "plusvalía". Y con ser como era le bastó y sobró para ser un argentino bien nacido. Es difícil comprender en nombre de qué pueblo decían luchar sus asesinos.
Sus superiores lo consideraban un "sobresaliente soldado" de la Sección Exploración de la Compañía Comando. Todos recordaban con una sonrisa aquella dos veces que se había quedado dormido en el toque de diana y comenzó su día en una pileta.
Sus padres fueron a retirar el cuerpo de luto y descalzos, porque eran gente muy pobre de un paraje del interior de Formosa. No tenían nada, excepto a su hijo, y se lo obsequiaron a la Patria, con el corazón desgarrado por el dolor pero con dignidad, y jamás recibieron una condecoración póstuma.
Esa es la Argentina profunda, sencilla y ancestral, que en el primer lustro de la década de 1970 se estaba defendiendo de la agresión armada de Bandas Terroristas apoyadas por Estados extranjeros - entiéndase, Terrorismo de Estado- y animadas por ideologías completamente ajenas a nuestra esencia y origen.
AL SOLDADO HERMINDO LUNA
Por el coraje macho de la raza,
que estalló en tu carne ensangrentada,
gritaste ¡no me rindo! y en ese instante,
fuiste hijo dilecto de la Patria.
Tape gaucho que la escuela de la vida,
te dio lo que a otros les faltaba,
criollo lindo saludo tu firmeza
¡si quedó chica en tu pecho la metralla!
Orgullo del vientre de tu madre,
que parió un hijo de tu fibra gaucha,
bendita sea por su amor sublime
y por la pena inmensa de su alma.
Orgullo del vientre de la Patria
que parió hijos para grandes causas,
del suelo que regaste con tu sangre,
brotarán mil lanzas de tacuara.
Hidalguía, honor, orgullo bravo
en viril escala de valores,
varón entero, digno de tu laya
señor en una tierra de señores.
Ruego a Dios que en su cielo de valientes,
te reciba con marciales clarinadas,
Por tu temple de héroe sin alardes,
sean tuyo los vítores y dianas.
Mi profundo respeto yo te ofrezco,
de varón del Argentino y de Soldado,
Consciente que tu muerte no merezco,
yo te saludo ¡Hermano!
He de buscar en mí esas virtudes
y lucharé por ésta Tierra Amada,
entonces sí me llegaré a tu cielo,
¡Por Dios y por la Patria, Camarada!
Poesía del Ex-Mayor de Infantería LUIS DANIEL DE URQUIZA
Estimado juanca yo estoy de acuerdo con que somos un país eminentemente pacífico, pero parece que nuestra justicia está "confundida", dormida, mirando para otro lado, o sea que entendió mal y considera que el tener los ojos tapados se refiere a no ver lo que pasa a los demás.
ResponderBorrarParece que así como desaparece el ejército en su función de defensa a la patria también desaparece la justicia en defensa de la vida.
Esto es sumar a todo lo que últimamente está ocurriendo, con los hielos y nuestro suelo en el sur, con nuestras tierras en el norte, con nuestros jóvenes y la droga, con los remedios truchos y los enfermos, con nuestros viejos y sus jubilaciones. ¡Qué pena! Y aquí sí recuerdo el no llores por mí argentina, los que pasamos y vimos la lucha por ser mejores, honestos, buenas personas lloramos por nuestra argentina.
Cada vez que veo o escucho a la yegua, recordar ejemplos como el del Soldado Hermindo Luna en Formosa con su "aqui no se rinde nadie, mierda" o el del el mayor Fernández Cutiellos en La Tablada con su "Mi Coronel, yo voy a morir defendiendo el cuartel, ustedes recupérenlo…" son los que evitan que me tome un jumbo y me vaya a la mier....
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