"Los funcionarios que respondían directamente a Kirchner, muestran todavía la desolación, porque no saben qué rumbo hay que tomar"
por Adam Pedrini (Resistencia, Chaco)
El Alto Mando Kircherista, está en un dilema para seguir ostentando con toda discrecionalidad el poder de la República. La reelección de Cristina por ahora está congelada, pero todo parece indicar que ella seguirá la posta dejada inconclusa por su marido. Resulta evidente que se ha puesto el “piloto automático” en la gestión de gobierno. La orden que bajó la viuda desde Seúl sobre el presupuesto, fue clara y terminante. “Del presupuesto, no se cambia una coma. Bajen la reciento a matar o morir”. Expresión más soberbia y autoritaria es imposible pronunciar. Por lo tanto la política de confrontación con diversos sectores de la sociedad seguirá incólume, mientras la sociedad volverá a retirarle el apoyo que se reflejan en las últimas encuestas por la muerte de su marido.
Aníbal Fernández, pensó en un Consejo de Asesores Económicos con la Presidencia de Mario Blejer, ex Presidente del Banco Central. Le vendió la idea a la Presidente, que la compró de buenas ganas, pero todo se desinfló al ofrecerle el cargo al economista y éste no lo aceptó, porque con honestidad le manifestó a Fernández que únicamente aceptaría ser Ministro. En la conversación con el Jefe de Gabinete, le pronosticó que para el mes de marzo, se van a intensificar los avances de nubarrones con la inflación a cuestas.
En cuanto a la jerarquía del PJ –usurpada por los kichneristas, con Néstor en su momento a la cabeza-.CFK tiene resuelto no asumir digitada la Presidencia del PJ, que va a quedar en manos del hombre de amianto, del sol y de las flores, es decir Daniel Scioli, el gran equilibrista de la política argentina. La Presidente como en su momento Néstor Kirchner, le desconfiaron siempre porque la lealtad es algo desconocido para Scioli, por eso, ella lo marca de cerca y le desconfía mucho.
En el terreno de los trascendidos, el ex gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota, le comentó a sus allegados, que después de la entrevista que mantuvo con CFK, ésta no le aseguró que tuviera decidido presentarse para la reelección y que el actual Embajador en España, Carlos Bettini, no aceptó asumir la Cancillería en reemplazo de Timermann, -que más desaguisados diplomáticos no puede realizar porque el día tiene 24 horas,- porque desconfía que la actual administración tenga un buen final..
Los funcionarios que respondían directamente a Kirchner, muestran todavía la desolación, porque no saben qué rumbo hay que tomar. Estaban acostumbrados a recibir todos los días las indicaciones puntuales del ex Presidente y hoy están a la deriva y si algo se mueve es por propia inercia. Muchos de ellos esperan que suene el celular y escuchar la voz de Cristina, pero los aparatos siguen en silencio total. Nadie los llama.
Aunque la voluntad de Cristina de realizar las tareas que estaban a cargo de su marido, -como la construcción política en todo el territorio nacional, seguimientos de las tratativas en el Congreso Nacional, seguir las variables de la economía y ordenarle a Marcó del Pone cuantos dólares debía comprar el Banco Central, las negociaciones con los industriales, los “aprietes a gobernadores, legisladores e Intendentes- eran tareas que ya estaban sobrepasando al propio Kirchner, nadie imagina que puede hacer Cristina, cuando encima de todo esto que no hizo nunca, tiene las funciones propias de Presidente de la Nación.
Preocupados por este vacío de poder y armado, los denominados barones del Conurbano Bonaerense, le pidieron que designe un Delegado para canalizar por su intermedio sus reclamos y necesidades, pero hasta la fecha no sabe a quién designar, porque desconfía de esos intendentes que en junio, muchos de ellos traicionaron a su esposo.
Nada está asegurado para el oficialismo. Por ello, el fin de la línea dura, los denominados “halcones” del kircherismo, es fortalecerse con una identidad propia dentro de un Justicialismo, cuyos componentes se miran como preguntándose qué hacemos ahora, como seguimos hacia delante y quien será el próximo traidor.
Los K se espantan al pensar que la muerte del ex Presidente, signifique que la muerte de Kirchner, sea el certificado de defunción del “modelo”, que no es otra cosa que negocios, monopolio del juego a nivel nacional, sobre precios en las obras públicas llevadas a cabo en todo el territorio nacional y monopolizadas por Julio De Vido, enfrentar a quienes no piensan como ellos y no admitir disensos en el Congreso. Urgente quieren recomponer la estructura política, que permita ser la plataforma de lanzamiento de la reelección de Cristina. Todo lo expuesto, es la síntesis de lo que planifican en largas reuniones de sobremesa, donde comen muy bien y toman mejor, pero a la hora de la verdad y ver las cosas con realismo, deben reconocer que los problemas se van acumulando día a día. Esta situación actual, hubiera sido denominada por Néstor como “desordenada”, una de sus grandes obsesiones, y es por eso que no delegaba nada en nadie. La falta de orden político se notó en las gestiones desprolijas y cruzadas que realizaron Aníbal Fernández, Julio de Vido, Carlos Tomada y hasta Julián Domínguez (ministro de Agricultura y Ganadería) para “convencer” a una veintena de diputados opositores para que voten el presupuesto o se ausenten del recinto.
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