La ambivalencia radical entre oponerse y ceder

¿Se acuerdan como se juega al chinchón?, uno roba y los otros esperan.

¿Oposición o impaciencia? ¿Oposición u obsecuencia?

¡Corrupción de vanguardia y retaguardia!

Pueblo Argentino, ¡estás solo!

La UCR cuida a los Kirchner para asegurarse el triunfo en el 2011

por Guillermo Cherashny, para InformadorPublico.com

El Cobismo y la UCR orgánica son los sectores más fuertes del Acuerdo Cívico y Social y los más opositores con sus denuncias de corrupción y las constantes violaciones a la Constitución por parte del gobierno. Pero al mismo tiempo dan la impresión de perdonarle la vida al kirchnerismo.
Se los ve como ganadores de la próxima elección y, como dijo Gerardo Morales ayer, "Cuando lleguemos al gobierno nos vamos a encadenar a la Casa Rosada, esta vez no nos van a sacar". Esta afirmación revela el intento por superar el drama histórico radical: sus presidencias casi siempre terminaron antes de lo previsto. La actual cúpula partidaria quiere evitar la comparación con Raúl Alfonsín y Fernando de la Rúa con sus salidas apresuradas. Para lograr las dos objetivos, llegar al poder y mantenerse, tienen que cuidar a Kirchner y a Duhalde. En el primer caso, lo están haciendo al ceder en la Cámara de Diputados la composición de la Comisión de Control de los DNU, quedando cuatro para el oficialismo, dos radicales, un peronista federal y una de la Coalición Cívica; quedó afuera el jefe de la bancada del PRO, Federico Pinedo. El acuerdo que la oposición y el oficialismo celebraron en Diputados era de 5 y 3 miembros respectivamente. Pero los radicales aceptaron cambiar los números y, ante la queja del PRO, ahora reclaman los 5, pero es sólo para la gilada. El fondo de la cuestión es que la están cuidando a CFK. No vaya a ser que se caiga antes de tiempo, porque necesitan que aguante hasta el 10 de diciembre del 2011, para que el electorado se harte del peronismo y los vote a ellos.

Si bien preferirían que Kirchner sea el candidato, no les viene mal Duhalde, al que también creen que le ganan fácil la elección presidencial, pero también lo necesitarán para pactar la gobernabilidad radical, para acordar políticas de estado y para sacar de la cancha a Hugo Moyano, que es inmanejable para ellos.

Esta estrategia tiene sus riesgos: no vaya a ser que de tanto cuidar que los Kirchner no se caigan y duren hasta el 2011, la marea de la crisis se los lleve puestos a ellos. Duhalde, Reutemann y De Narváez podrían quedarse entonces con el poder.