jueves, 25 de marzo de 2010

Confesiones de un peronista

por Juan C Starchevich
Creo en el Perón militar, aquel hombre que quería organizar un país, quería lograr “la comunidad organizada”. Nací en 1960, no conocí al peronismo de "los peronistas con Perón y Evita", solo tenía 13 o 14 años cuando volvió de su exilio a un país que puso su esperanza en él. Me acuerdo que aún a esa edad andaba pegando con engrudo los cartelitos del Partido Justicialista durante las noches en los frentes de las casas con un amigo y una escalera alta. No sabía el significado pero sabía que era bueno porque la gente de mi pueblo tenía en él la esperanza.

Era un pueblo que no puso en práctica lo que Perón y Evita les habían enseñado. Un pueblo que no sabía vivir sin Perón. Un pueblo que no generaba conductores, sino depredadores.

A medida que iba creciendo he notado la bondad de su disciplina que quería transmitir al país, que transmitía al Movimiento, a sus militantes. Él quería un pueblo sano y trabajador, a tal punto, que puso como una de sus máximas “en este país hay una sola clase de hombres, los que trabajan”, y los esclavos argentinos se han convertido en trabajadores con derechos y obligaciones, pero no estaban preparados para entender las obligaciones, solo se quedaron en sus derechos como animalitos callejeros que agradecían a aquel que les daba de comer en su mano. No “entendieron” el mensaje, entonces él pidió que al menos “lo comprendan”, que se den cuenta de algún modo, que si no lo ven con la mente, al menos lo vean con el corazón, pues la comprensión les dará un posterior y pronto entendimiento dado en otra de sus máximas “la política no se entiende, sino que se comprende”.

Fue un hombre muy bueno, un militar muy bien instruido que quiso organizar el país de un modo más ordenado y equilibrado socialmente donde reine la justicia, por eso llamó a su partido “Partido Justicialista”, quitando su propio nombre de él. Quería evitar los extremos y divisiones entre izquierdas y derechas o centros, para hacer de todos ellos un solo pueblo en equilibrio, un solo país, haciendo de todos ellos un solo Movimiento Argentino de “compañeros de la vida”, “compañeros del destino”, un destino claro y realizable para encontrarnos en el cambio del siglo “unidos” y no “dominados”, pero los peronistas no lo entendieron ni lo comprendieron, seguían siendo animalitos y todos querían ser sus mascotas.

Los líderes de barrios se llamaban “cuadros políticos”, pues tenían a su cargo su cuadrilla, del mismo modo que un superior del ejército tiene sus soldados vigilando que tengan instrucción, enseñanzas, organización, etc., en función de una conducción nacional, como “buenos pastores” de su rebaño. Hoy estos cuadros políticos se han transformado en “punteros”, “acosadores” y parásitos de su propia gente. Los mantienen ignorantes y se ganan la vida como piqueteros y figurantes en los actos del gobierno.

Cuando Evita mostraba su amor y generosidad, para que su pueblo la imite, ellos entendieron como derecho, como algo que era de ellos y se les negaba anteriormente. Nadie entendió ni comprendió su frase y deseo más profundo “volveré y seré millones”, que se refería a los millones de argentinos que ejercerían generosidad y amor por sus hermanos llevando su accionar como bandera.

Fue la primera vez en la historia que el hijo de un obrero podía asistir a una escuela. Fue la primera vez en la historia que se han hecho tantas escuelas y universidades. Era esa vez de la historia que tenía valor el conocimiento y la calidad educativa.

Un militar que transmitía lo que él sabía “la excelencia” en la enseñanza y el aprendizaje. Un militar que preparaba a su pueblo para una nueva guerra, una guerra diferente, con las armas del conocimiento, con las armas de ser pueblo, un pueblo abierto y despierto a los nuevos cambios, abierto al mundo y sus avances, pero sus compañeros no lo entendieron ni comprendieron...

¿Acaso tenían razón los conservadores? Ellos trataban a sus trabajadores como simples peones sin grandes diferencias con sus animales, solo los alimentaban nada más. Cada peón era solo un número, no eran personas y se los mantenía detrás de un alambrado.

¿Acaso tenían razón los comunistas? Que les quitaban las riquezas a los conservadores para seguir masificando a sus peones. Corrían las alambradas, pero seguían siendo animales encerrados en un corral en común.

¿Acaso tenían razón los liberales? “el pobre es pobre porque quiere”

Nuestro pueblo necesita a Perón, pero no se lo merece. No está preparado para comprender al peronismo, tiene alma de animal, mentalidad de colero, solo es miseria. Esto es lo que se nota en la mayoría, y solo la mayoría generaliza.

Perón, como militar, lo sabía, conocía esta característica de su pueblo, entonces le pidió a sus compañeros que trasciendan, que vayan más allá de su propia miseria humana, que se hagan hombres y mujeres verdaderos, que sean humanos, que sean cristianos, marcando otra de sus máximas “nuestra política es profundamente humana y cristiana”, sabiendo que para ser humana y trascendente primero debían ser cristianos así encontraban en Cristo el verdadero valor del hombre para, entonces, adquirir la verdadera dignidad humana, pues de este modo podrían lograr “la justicia social”.

Junto a esta, también expresó: “nosotros entendemos al “hombre”, del mismo modo que lo entiende la Iglesia católica”, en esa época no había iglesias evangélicas (y aún hoy, solo la Iglesia Católica posee doctrina humana y social). Perón le dio a su pueblo la Doctrina Cristiana como modelo principal, mientras preparaba y les dio luego, desde la doctrina cristiana, la doctrina política, social y económica como Doctrina Nacional (no existe otra hasta hoy).

Con todos estos elementos se podría lograr la “independencia económica” y la “soberanía nacional”.

Los peronistas no lo entendieron ni comprendieron, prefirieron la lucha de clases que provoca el desorden social; Adoptaron caudillos para poder comer migajas y sobras de sus manos. El argentino ha elegido ser animal, pero los animales no pueden ser peronistas. El peronismo es solo para hombres. Hombres que tienen el poder y el coraje de cambiar para bien la historia.

El peronismo ya no existe, es solo una marca en la nalga de los animales con forma humana, para ser reconocidos por sus nuevos propietarios.

Hoy el peronista es rehén de su propia miseria. Al Partido Justicialista lo han convertido en un chiquero que alimenta con basura a sus afiliados, con líderes que desprecian al peronismo y a los peronistas; con líderes que se roban el país pero los mantienen vivos, medio alimentados y muy necesitados, porque para seguir en el poder necesitan los votos de estos animales con forma humana.

1 comentario:

  1. Es bueno levantarse temprano y comenzar el día tomando unos mates mientras se lee un artículo claro y didáctico. Se pueden compartir o no pero las expresiones del mismo pero no se puede negar que están hechas de buena fe, sin intereses mezquinos.

    Yo los comparto. Creo que el PERONISMO ya no existe. No aparecen líderes dispuestos a SERVIR. Todos buscan SERVIRSE desde la función. ¿Qué hacen por las cientos de personas que noche a noche duermen y viven en la calle?
    Pero también me pregunto. ¿Sirven para algo sus manifestaciones individuales, las mías o las de tantos otros? ¿Podemos influir en alguien? Lamentablemente creo que no. Pero bueno. Mientras no encontremos otra forma, SIGAMOS.
    Gracias.

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